Para limpiar las ollas y cacerolas de aluminio, nada mejor que una solución de aceite y unas gotas de alcohol. Parece raro, pero el resultado final es maravilloso: las ollas y cacerolas quedarán impecables, sin rastros negros o rayones.
Si los objetos de plata, como cubiertos, bandejas o adornos, están “picados”, es decir, se han llenado en su superficie de manchitas negras, sumérgelos en un baño de vinagre. Llena un recipiente con vinagre, pon la pieza dentro y luego calienta al fuego durante un cuarto de hora. Pasado ese tiempo, déjala secar y verás que queda como nueva.
Las vajillas de porcelana son realmente muy apreciadas por su acabado y su calidad, pero pueden resultar delicadas. Aunque la mayoría se pueden lavar en el lavavavillas, procura lavar a mano y con agua templada las de más valor y, sobre todo, las que tengan aplicaciones de oro o plata.
Ten la precaucion de colocar un paño de cocina o una gamuza gruesa en el fondo del fregadero, para evitar posibles roturas.
Si ya se han producido grietas en la superficie esmaltada de la vajilla, generalmente debido a las altas temperaturas, hay peligro de que se introduzcan líquidos o grasas de la comida en el interior y manchen las piezas. Para blanquear y disimular estas pequeás grietas, aplica una pasta realizada con bicarbonato mezclado con un poco de agua, y deja actuar hasta que esté seca. Retírala y repite la operación hasta que se haya blanqueado por completo.
El bicarbonato diluido en el agua en la que vayas a lavarlas te ayudará también a recuperar el tono de las vajillas blancas.
Limpieza Guipuzcoa
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